todo lo que puede decirse en momentos así son aproximaciones. es jodidamente abarcativo todo lo que puedo esbozar ahora. lo que sé es que enterarse de que alguien que estimás -más que a gente que tenés cerca- se fue, mientras lo leés en la vuelta a casa, arriba del colectivo (en los carteles con las letras que se mueven, ésos), es un puto garrón.
esto de dubitar frente al teclado es monstruoso. hasta pronto Fernando Peña.
31 de enero del '63- 17 de junio de 2009
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