30.3.13


"Sólo buscaba un lugar más o menos propicio para vivir, quiero decir: un sitio pequeño donde cantar y poder llorar tranquila a veces. En realidad no quería una casa; Sombra quería un jardín.


-Sólo vine a ver el jardín -dijo.


Pero cada vez que visitaba un jardín comprobaba que no era el que buscaba, el que quería. Era como hablar o escribir. Después de hablar o de escribir siempre tenía que explicar:


-No, no es eso lo que yo quería decir.


Y lo peor es que también el silencio la traicionaba.


-Es porque el silencio no existe -dijo.


El jardín, las voces, la escritura, el silencio.


-No hago otra cosa que buscar y no encontrar. Así pierdo las noches. Sintió que era culpable de algo grave.
-Yo creo en las noches -dijo.


A lo cual no supo responderse: sintió que le clavaban una flor azul en el pensamiento con el fin de que no siguiera el curso de su discurso hasta el fondo.


-Es porque el fondo no existe -dijo.


La flor azul se abrió en su mente. Vio palabras como pequeñas piedras diseminadas en el espacio negro de la noche. Luego, pasó un cisne con rueditas con un gran moño rojo en el interrogativo cuello. Una niñita que se le parecía montaba el cisne.


-Esa niñita fui yo -dijo Sombra.


Sombra está desconcertada. Se dice que, en verdad, trabaja demasiado desde que murió Sombra. Todo es pretexto para ser un pretexto, pensó Sombra asombrada".



A.P

26.3.13

/ no es verdad que vendrá, no es verdad que no vendrá /  (A. P)

¿Por qué preguntarlo?
El hombre es la bestia que pregunta.
Ahora solos en una plaza,
un asiento verde, garúa.
De golpe la ausencia violenta como el zarpazo en el rostro
de un animal sangriento, legendario.
¿Quién no vino?
Algún cifrado elemento falta.
Entonces toda yo bajo las reminiscencias de sus ojos.
¿Por qué tu visión fantasmagórica redondea el caliz
de estas horas?
es que sencillamente sus manos
así, levísimo, imperceptible.
pero qué innecesario preludio,
tú lo hubieras edificado simple,
transparente,
le hubieras construido un templo a las bestias erigido sobre
huesos y llantos
que son míos.

solo un hambre de noche un silencio y
una mano que se ata al silencio de
otra mano que se entromete en
el incendio,
este verde demasiado oscuro.

y ya basta, que despierte entre silencios
y que te cuides de mi nombre.

6.3.13

Sie.

"Algo quiero anotar sobre mi labor. Me han reprochado su pobreza de vocabulario y de rimas. Deliberadamente la busqué. Creo que sólo pueden conmover las palabras comunes, no las que falsamente da el diccionario, y que las rimas raras distraen, detienen y sorprenden".
J. L. Borges.


Lo escribo de este modo y no de otro.
ya se acerca vestida con la forma del sueño y
se va, lento.
Se acabó la cosa que llaman tiempo y
la forma no vuelve.
No vuelve y se acaba.
Se aquietan las aguas y ahora
es el río el dormido.
El que duerme.
Se duerme mi río.

¿Y ahí sí estará,
acaso,
sonriéndose toda,
ella?