24.9.10

Eficaz el ligero de espíritu
que logra desaprenderse, trabajosamente,
de sus ataduras mundanas.
Feliz aquel desconocedor de tales avaricias de la carne
e inmortal el que,
habiéndolas visto y saboreado,
las desprecia.

2 comentarios:

Alan dijo...

La experiencia, ¡la experiencia!
Buenísimas las palabras.

Dorothy dijo...

Gracias.