24.3.11

veinticuatro de marzo

llorá nomás, botija, son macanas que los hombres no lloran.
aquí lloramos todos, gritamos, berreamos,
moqueamos, chillamos, maldecimos,
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse
llorá, pero no olvides.
Mario Benedetti
es quizás un refugio cálido saber que una generación fue asesinada (y no sólo la carne, se atentó
contra el cimiento del hombre: su pensamiento, su derecho intrínseco de ser) pero
que otra resurge en su lugar, generación siempre inquieta en el devenir circular
del tiempo, tan plagado de hombres necios.




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