21.10.09

'

preguntó por el alba. ya vendría.

sólo quedaba sentarse a esperar,

a notar que el espacio insondable entre los seres no es más que

la continuación natural de los sucesos, del devenir

de las noches y los días.

no comprendo –los sonidos bailaban en su lengua-,

no comprendo.

y sonreímos un poco porque se sintió como si una brisa de verano

nos hubiera tocado las caras.

sé finalmente el deber de la conciencia

el paso del tiempo, el saber que

respiro

que bailoteo a veces

entre la luz del universo

hasta que de nuevo la noche;

como hecha de barro y

moldeada por un escultor mediocre

al que deberíamos temerle.

oculta, agazapada, sosegada,

la miro, es frágil y breve.

tu oscuridad no me asusta –le digo

me sos amigable, charlemos un rato.

no es que la ame, ni que

siempre la haya amado.

no es eso, es que

no puedo mirar al sol.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"tu oscuridad no me asusta –le digo me sos amigable, charlemos un rato. no es que la ame, ni que
siempre la haya amado.
no es eso, es que
no puedo mirar al sol."

cierre perfecto.